La mejor descripción la he encontrado un artículo que el diario República nos ha dedicado hace unos años: "La otra cara de la vida dulce, menos conocida pero no menos impresionante, la ofrece Banchetti, la tienda de Campo Marzio. No hay romano que no haya comprado allí unas deportivas o un suéter de esquí en los últimos cincuenta y tantos años, desde que abrió sus puertas en el "dorado" 1961. "Mi hermano había descubierto en Francia un tejido elástico especial para el esquí. Contratamos a un sastre y comenzamos a ofrecer pantalones a medida", dice Vittorio Banchetti. "Fue un éxito rotundo: eran años de auge y aunque eran caras, o quizás debido a ello, nuestras prendas se lucían en las pistas de Sestriere a Cortina. Teníamos clientes que venían de Milán y Turín para adquirir nuestros pantalones e incluso creamos una línea de ropa que hoy llamaríamos chic casual. Con el tiempo terminó esta etapa y nos convertimos en una tienda de artículos deportivos "normal", pero sin olvidar ese toque extra de clase".

(De la sección de Economía) La aventura había comenzado muchos años antes, en 1918, cuando Galliano Banchetti, el padre de Vittorio, abrió una pequeña tienda en via dello Statuto. "Vendía sal, tabaco y pólvora, bienes luego grabados con tasas públicas", dice Vittorio. "En 1926 se mudó a Via Principe Eugenio, a una tienda mucho más grande. Poco a poco, amplió la cantidad de productos ofrecidos, comenzando a vender también armas de caza, equipos de pesca, ropa deportiva, los primeros esquís, uniformes y balones de fútbol, ​​y así sucesivamente. Todos eran artículos con clase: yo era un niño y recuerdo la mirada atónita de los transeúntes cuando se descubrió el escaparate. Había un maravilloso jersey de esquí que costaba 22 mil liras y piensa que mi primera Lambretta 150 Ld costó 150 mil liras en 1956". La tienda se convierte enseguida en un punto de encuentro para los amantes del deporte: "Mi hermano Tonino fundó el Trofeo Banchetti de pesca deportiva, y fundó un equipo que fue campeón de Italia durante tres años consecutivos, desde 1954 y campeón de Europa en el 57". Mientras tanto Nando, otro hermano, abrió la "pista Banchetti" en Terminillo, un patrociniopionero para la agencia de turismo local. "La relación ha terminado, pero la pista mantiene ese nombre para todos". Vittorio ha trabajado en la tienda desde que tenía 14 años. "La verdad es que no quería estudiar", sonríe.

Cuando su padre abrió la nueva tienda de Campo Marzio en 1961, le confió a él (con solo veintiún años) y a su hermano Tonino la dirección. "Pero me dejaron solo casi de inmediato, y comencé a pensar en una mayor diversificación".

Mientras tanto, otro hermano, Roberto, estaba en la tienda de Via Principe Eugenio: "Pero no tuvimos mucha suerte porque en los años siguientes se produjeron una serie de obras, instalación de bordillos, aceras, carriles, que dificultaban el acceso en coche para aquellos que querían comprar una escopeta o un tanque de buceo. Tenían que ir a la tienda con un medio diferente y eso era un problema. Al final tuvo que cerrar".

Incluso el negocio de Campo Marzio ha sufrido problemas de tráfico a lo largo de los años. "Entre el cierre del centro y la peatonalización progresiva, tuvimos que revolucionar el negocio. Dejamos las bicicletas estáticas, los remeros, y especialmente lamenté dejar el esquí y las botas porque eran uno de nuestros puntos fuertes. Había demasiados problemas.

Ahora nos hemos centrado en la ropa de esquí y la ropa deportiva en general, en calzado deportivo moderno como LA Trainer o New Balance 990, así como en cazadoras de diseño". Sin embargo, Vittorio no se queja: "Visitamos con frecuencia las ferias de moda deportiva como Pitti Uomo, Mónaco, Salzburgo o París. También abrimos un pequeño outlet en la tienda para vender las colecciones del año anterior".

Ahora trabajan con él, además de su esposa, sus dos hijas Elisabetta y Francesca: "Siempre les digo: venid a trabajar pronto, para que se den cuenta de lo difícil que es y vuelvan a la escuela. Pero no funciona: todas son auténticas apasionadas".